jueves, 12 de abril de 2012

Conversaciones

Me cuenta que nunca lee el periódico. Que cuando su pareja enciende la televisión para ver los informativos, le pide que use los cascos o cambia de habitación para así no oír nada. Que no le gusta escuchar los problemas de sus amigos, pues estos le incomodan. Que casi nunca lee un libro y si alguna vez lo hace y su lectura le hace cambiar el ánimo, lo cierra y no vuelve a retomarlo más. "¿Por qué?" le pregunto intentando comprender. "Evito lo que me abstrae de mi mundo, de mi propia realidad".

Sigo dándole vueltas a esta conversación, pero no, sigo sin entender.

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